Según el Informe anual 2021 de la Red de alerta y cooperación, publicado por la Comisión Europea, que recoge la información compartida dentro de la aplicación iRASFF entre los miembros de la red Rapid Alert System for Food and Feed (RASFF), la red de Asistencia y Cooperación Administrativa (ACA) y la Red de Fraude Agroalimentario (FFN), se constata un aumento de notificaciones para cada componente de la red con relación con años anteriores.
Respecto al fraude alimentario, en 2021, se han comunicado 407 notificaciones, lo que supone un ligero aumento en comparación con 2020 (349), 2019 (292), 2018 (234), 2017 (178) y 2016 (157). Se puede observar un crecimiento constante en el uso del sistema. En seis años, el número de casos se ha más que duplicado, pasando de 157 en 2016 a 407 en 2021. Sin embargo, se debe destacar que estas notificaciones son solo sospechas de fraude que requieren más investigaciones por parte de los países involucrados.
A lo largo del 2021, se han intercambiado 407 casos, un 16% más que los casos comunicados en el año 2020, siendo las principales categorías notificadas los incumplimientos en el movimiento de animales de compañía, el pescado, los aceites y grasas y los productos cárnicos.
Principales sectores afectados
- Perros y gatos (animales de compañía): 114
- Pescado y sus productos: 42
- Aceites y grasas: 31.
- Carne y productos cárnicos distintos de la carne de ave: 31
- Aves y productos avícolas: 19
- Caballos: 18
- Plantas y productos fitosanitarios: 16.
- Alimentos dietéticos, los complementos alimenticios y los alimentos enriquecidos: 15
- Frutas y verduras: 13
- Miel y jalea real: 13
- Nueces, productos de las nueces y semillas:12
- Crustáceos y productos derivados: 11
- Materias primas para piensos: 9
- Vino: 8
- Otros animales vivos: 7
- Huevos y ovoproductos: 6
- Leche y productos lácteos: 6
Categorías de productos alimenticios que ocupan los primeros puestos
En primer lugar, se sitúa la categoría Pescado y sus productos. Es la categoría que presenta más notificaciones (42), con un ligero incremento del año anterior (34). La mayoría de estas solicitudes son por sospechas de tratamientos ilegales, principalmente, de tratamientos estabilizadores del color en el atún y por deficiencias en el etiquetado. Las notificaciones se refieren, mayoritariamente, a atún destinado a conservas en lata que se trata para restaurar un color rojo brillante de aspecto fresco para engañar al consumidor y venderlo a un precio más alto. Otras sospechas de fraude se refieren a la adición no declarada de agua en filetes de panga y camarones congelados. Esto induce a error a los consumidores sobre el peso neto del producto, lo que hace que compren filetes de pescado que consisten, en gran medida, en agua inyectada en el producto o como agente de glaseado.
En segundo lugar, se sitúa la categoría de Aceites y grasas. Esta continúa siendo otra de las más notificadas (31) solicitudes; lo que supone un ligero descenso respecto a 2020 (51). La mayoría de las notificaciones de aceites y grasas sigue estando relacionada con las normas de comercialización del aceite de oliva, más concretamente, con el aceite de oliva o el aceite de oliva virgen comercializado como aceite de oliva virgen extra.
En tercer lugar, se sitúa la categoría de Carne y los productos cárnicos, que empata a notificaciones (31) con los aceites y grasas. Las sospechas sobre la carne y los productos cárnicos distintos de la carne de ave se referían principalmente a la documentación falsificada, seguida del comercio ilegal de dichos productos o el exceso de agua.
Tipo de fraude alimentario
Por tipo de fraude alimentario:
- 47% de los casos se corresponden a irregularidades en la documentación (ausencia, falsificación, manipulación).
- 25%, a un etiquetado incorrecto.
- 17%, a tratamientos y/o procesos no autorizados.
- 15%, a sustitución, dilución, adición o eliminación de ingredientes.
- 1%, a infracciones de derechos de propiedad intelectual.
Hay que tener en cuenta que, a menudo, cada caso presenta más de una infracción, por lo que el número total de incumplimientos fue de 465, mientras que el número total de notificaciones, 407.
Plan de control coordinado de la UE sobre hierbas y especies
En 2021 también se han publicado los resultados del primer Plan de control coordinado de hierbas y especias puesto en marcha por la Comisión Europea y que supone, hasta el momento, la mayor investigación sobre la autenticidad de las hierbas y especias culinarias en términos de países participantes y número de análisis: fue realizada por 21 Estados miembros de la UE, más Suiza y Noruega e implicó cerca de 10.000 análisis realizados en 1.885 muestras.
El objetivo de este plan de control coordinado era establecer la prevalencia de incumplimientos y de posibles prácticas ilegales en la comercialización de hierbas y especias en el Espacio Económico Europeo (EEE). La información de que disponían la Comisión Europea y los Estados miembros indicaba que había hierbas y especias adulteradas en el mercado de la UE, que a menudo no se detectaban.
El Centro Conjunto de Investigación evaluó la autenticidad del comino, la cúrcuma, el orégano, el pimentón/chile, la pimienta y el azafrán, utilizando una variedad de técnicas analíticas de última generación. Estos productos fueron seleccionados teniendo en cuenta sus volúmenes comerciales, valor comercial e historial de casos de fraude.
El porcentaje de muestras que se consideró en riesgo de adulteración (principalmente relacionado con la presencia de material vegetal no declarado) fue del 17 % para la pimienta; el 14 %, para el comino; el 11 %, para la cúrcuma; el 11 %, para el azafrán y el 6 %, para pimentón/chile. El orégano fue identificado como el más vulnerable con el 48% de las muestras en riesgo de contaminación, con hojas de olivo en la mayoría de los casos.
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Puedes descargar el Informe anual sobre fraude alimentario 2021 aquí.
Puedes descargar el Plan coordinado de la UE sobre hierbas y plantas aquí.
